Su interés por la mecánica y la aviación se remonta a la infancia, recibió el bautismo del aire en 1912 y esta pasión no lo abandonó nunca. Después de seguir estudios clásicos en escuelas católicas, trató de entrar a la Escuela Naval de París, pero no logró su objetivo y se inscribió en Bellas Artes. Pudo aprender el oficio de piloto durante su servicio militar en la aviación, pero la familia de su novia se opuso a que se incorporara al ejército del aire, por lo que se resignó a ejercer diversos oficios, al tiempo que frecuentaba los medios literarios.
El año 1926 marcó un giro decisivo en su vida, con la publicación de la novela breve El aviador, en el periódico Le Navire D´argent de J. Prévost, y con un contrato como piloto de línea para una sociedad de aviación. A partir de entonces, a cada escala del piloto correspondió una etapa de su producción literaria, alimentada con la experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela, Correo del Sur (1928).